Nueva es la andadura del peregrino
Cuando arroja su túnica
Y abandona los surcos y su mies.
Es un instante de sabiduría
Y las aves en su compresión silencian el vuelo.
El peregrino está acudiendo a su propio templo
Y no precisa ritos
Sabe que puede dominar el instante
Y huir de los señuelos que aromatizan
Sabe que en su ruta de interiores
Se encuentran las claves de llegada
Y ha de mantener su armonía interna.
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