1
En nuevas confianzas me entrego
y en nuevas me manifiesto.
He pensado en Dios
y la zona gris de mi silueta
se ha negado a participar.
Así voy conociendo
los melindres de mi cuerpo
y valoro las posibilidades de mi fortaleza.
2
He señalado que no soy el sol,
ni siquiera el mar
aunque mi vida se orienta en sus vaivenes.
Heme pues en el dilema de definirme
y encontrar una piedra
que acepte mi compañía.
3
He perdido mi cuerpo hace lustros,
y he de seguir aceptando
la nota del clavecín
que compite con el polen de mi deseo.
S
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