miércoles, 7 de diciembre de 2011

MI REQUIEM COMO ELEVACIÓN

Y sin embargo sigo existiendo
Aunque mi cuerpo ha iniciado su adiós hace siglos.

Aún puedo sentir el tañido de la campana del deseo
y el susurro de la madre
en los lamentos de un rincón abandonado.


El riachuelo permanece, y permanece el prado
con los colores del mundo en la aureola del adiós .

Sólo puedo palpar algunas melodías
que perduran sobre el cuarteado de los tiempos.
También el incienso sobre mis palabras.

 Dado que no puedo entrañar estas sensaciones
Voy a componer mi requiem como elevación
y compartir con Mozart el destino final.

2 comentarios:

  1. Estimado ignació: te felicito por tu poema, toca un tema recurrente entre los escritores. Un abrazo fraternal, Chente.

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    1. Gracias Chente agradezco mucho tu presencia y palabras.Un gran abrazo
      Ignacio

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