VIAJE A BADEN-BADEN.-Por Ignacio Bellido

Viaje a Baden-Baden



Era la noche en la estación de Zürich.
Un anciano desde la ventanilla de un tren,
me entregó un pergamino.
Le pregunté quién era y sonrió:
--Voy al balneario...a Baden-Baden.
--¿Me conoce? -insistí
--Nos miramos hace siglos.
Nos conocimos en eterno prado.-respondió.

Su voz giró mi pensamiento,
y un aura rodeó la noche
mientras el tren ocupaba la niebla.
En la entrega de mi cuerpo,
pude leer:

"Borra la senda de pregones,
y acude al rito de la salamandra.
Tu oración es geoda y llanto
sin promesa de sol.
El pensamiento es caballo sin piel
y ha entregado el deseo.
La muerte no soporta mentiras."

Aquella noche,
tomé el segundo tren a Baden-Baden.