lunes, 14 de noviembre de 2011

AUTORRETRATOS AL ÓLEO.-Por Ignacio Bellido

No siempre es necesario pintar el autorretrato;
aunque lo hicieran casi todos las grandes del óleo,
en Montmartre, en Arles y creo que en Madrid y Viena,
y hasta en Nueva York,
no estoy muy seguro,
y no me voy a poner a enumerar ahora todos los lugares ni pintores.

Me cansa enumerar,
es como darle patadas a un bote a lo largo de la 42 St.
Es un afán esto de los autorretratos,
y un deseo de aquí me tienes en siempre rizado de barbas o sin ellas.
Estas cosas acaban contagiándose y creando escuela, y hasta ese
vecino del bigote(al del ático me refiero)
me marea cada día con monsergas:
"--Por cien euros le pinto su autorretrato"
Pasé horas tratando de convencerle del significado de esta palabra,
pero es mas cabezón que Hércules,
y me miró con sorna:
"Algún día lo haré, por muy engreido que se ponga"
Me despidió de esta guisa.

La verdad que el tener que dar razones de este tipo,
me han supuesto mucha gastritis,
y hasta una cierta esplenomegalia.
Me cuido con infusiones de valeriana
y algunos calditos de ave refrescante.
Aunque mi amigo de cabecera ( el del tercero)
me hizo, un buen diagnostico:
"--Tienes autorretratitis aguda que se va cronificando"
y me recetó varios tubos de magenta, azul cobalto, y siena,
que he de pintar cada ocho horas,
disueltos en trementina y en aceite de lino.
No fue un verdadero remedio, he de ser sincero.
y me callo por amistad y prudencia,
pero vista la ignorancia ,
tomé la aguda decisión
de pasar mis tiempos finales en la Antártida,
como pingüino,
para no soportar más incongruencias.

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