Adiós amigo,
las pausas han servido para que enmudezca mi clavecín
y se cierren las aceras a tu paso.
Creíste ser rayo de sol
creíste ser parte definitoria de luna
pero ni siquiera eres el proscenio del viento
ni la esquina nacarada del deseo.
Eres tan solo un pensamiento
que flota entre las ranuras de incertidumbre
y apenas ocupas la primera letra de mi nombre.
Heme dispuesto a cerrar tus lamentos
y a no abrir más la senda del consuelo.
Muere en ti y no acerques
lo desafinado de tu silueta.
Ni nombres como señuelo
la palabra mar.
Inmenso poema, Ignacio, arrastran nostalgia y tristeza tus versos, pero me hacen recordar a otro gran poeta que ocupa justamente la primera letra de tu nombre...
ResponderEliminarTe abrazo en esta tarde, amigo...
Gracias querida amiga.Me alegro te haya gustado.
ResponderEliminar¿La primera letra es la I o la J?
Bueno ya me dirás de quien se trata y si yo lo conozco.No es nada malo que lo digas,
Un gran abrazo