Como un diamante de madrugada,
como aleluya que detiene los rayos
como bosque que cuida su sendero
asi
es la entonación de mi cuerpo.
Es por esto que alimento a mis corceles
con esencias de ámbar
para que puedan cumplir con el destino
del cosmos.
y
en mi senda de premoniciones
oculto la clave de llegada
para que no sea profanada
por merodeadores.
Habiendo renunciado a la danza
como señuelo del verdadero ritmo,
puedo entregar mi faz
en la escala de la gran promesa,
junto a los eternos de alborada.
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