Pausado en el silencio del sol
mantengo mi cuerpo en la luz
al lado de la sinfonía inconclusa
que me invita a seguir
delante de mis pretensiones.
Los surcos entregan nuevas tierras
y las aguas conservan su promesa
para no confundir
la llegada de las primeras aves.
Hoy el mundo está consiguiendo
alejar el rito de las genuflexiones.
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