Fueron días de Karen Mullarkey
sobre la bahia de aquellos pasos
alentados en la fusión de caminos
clamores de mar-en New Haven-
No eramos espuma
No eramos viento
No eramos necesidad
Tan solo una melodía de Sinatra
the summer wind...
acaso a lo lejos
entre los pasillos del tiempo
como si aquella cadencia hubiera sido un siempre
y permaneciamos-amor-
rodeados de la memoria .
Una huella en la arena-es infinito
y tu mano rodeando
parcelas de mi entrega
sobre la magnitud
de unos cuerpos
que acaso ignoraban
nuestra presencia.
disfruto y aprendo querido Ignacio, tienes la gracia y el talento de crear poesía de altura con el solo uso de palabras y escenas llenas de sencillez y ternura.
ResponderEliminarMi fuerte abrazo!!!!
Gracias Alonso, te agradezco que sepas valorar esto y lo señales.
ResponderEliminarUn abrazo ,buen amigo.
Es bueno hacer un ALTO, para leer tu palabra, siempre...
ResponderEliminarHasta allá UN ABRAZO GRANDE
Rossana
Gracias querida Rossana,¡Cuento te agradezco la deferencia!Un abrazo hasta tu Chile amado
ResponderEliminarEsos cuerpos que ignoran la presencia...acaso. Como ese viento de verano y de Sinatra. Me encantó, Ignacio. Evoca lugares, presencias, sentires.
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