Nunca, es la palabra que llega cuando la pretensión ocupa las laderas de la montaña, queriendo emular venturas de siglos. En ese nunca se ocultan las miradas de odio, las manos resquebrajadas por la lujuria, y el viento que no quiso acudir a ritmos de concordia.
Ese nunca, es la entrega que debemos sellar en la frente de los recien nacidos como ceremonia de llegada y amor.
interesante... ese "nunca", excluyente, lapidario, soberbio, pero también protector de lo más querido ante cualquier mal...
ResponderEliminarInteresante reflexión.
Un abrazo.
Norma