miércoles, 16 de noviembre de 2011

NO ME ATREVO A MARCHITAR LA ESPERA.-Por I. Bellido

Nunca conseguiremos paralizar el tiempo
por muy ensayada que tengamos la apertura Ruy López.
Para anular el crecimiento de una hoja,
hay que separarla de su entrono,
destruirla en leyendas,
o brindarle una hemeroteca.

No quiero convertirme en negativo,
marcialmente seguro,
planificado en jalones.
He de llevar las consecuencias hasta el límite de la pecera.

Dije que el tiempo existe,
y afirmo también que no existe,
y que no tendremos tiempo
para saber si existe o no existe,
y que no tendremos sabiduría
para saber si el tiempo nos la concede,
o si el tiempo es sabiduría,
o si la sabiduría no precisa del tiempo.

Esta última frase me lleva a cavilaciones,
y no me atrevo a marchitar la rama
ni a rociar mi cuerpo con arenas perdidas.

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