Nunca conseguiremos paralizar el tiempo
por muy ensayada que tengamos la apertura Ruy López.
Para anular el crecimiento de una hoja,
hay que separarla de su entrono,
destruirla en leyendas,
o brindarle una hemeroteca.
No quiero convertirme en negativo,
marcialmente seguro,
planificado en jalones.
He de llevar las consecuencias hasta el límite de la pecera.
Dije que el tiempo existe,
y afirmo también que no existe,
y que no tendremos tiempo
para saber si existe o no existe,
y que no tendremos sabiduría
para saber si el tiempo nos la concede,
o si el tiempo es sabiduría,
o si la sabiduría no precisa del tiempo.
Esta última frase me lleva a cavilaciones,
y no me atrevo a marchitar la rama
ni a rociar mi cuerpo con arenas perdidas.
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