Vuelvo a mis calles
para que valoren mi sombra
y reajusten mis armonías.
He renunciado a mi nombre
como artificio de baptisterio.
y puedo bracear con mi cuerpo
que acaba de incorporarse a la andadura.
Soy novedad,
estoy liberado de programaciones
y puedo mirar el oleaje
desde la plenitud .
Así es mi nueva llanura.
.
Dios guarde a los tiempos de la maldición del rayo.
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