Todo se llena de algas que reclaman su prepotencia
al haber comprendido la inconsistencia de la luz.
Un niño abandona la cuna
Las manos de una madre acuden al vacío
Y las trompetas reclaman su momento visceral.
Nada ha comenzado
El todo se aleja de la leyenda
Y decide escribir nueva historia sobre el aleteo de los árboles.
Pudiera ser una condensación del tiempo y una irrealidad
He sentido los cuerpo destilar presencia
No debemos huir.
Es el nuevo grito
Para los que permanecen en su muerte
A la espera de ser consagrados en la próxima andadura.
No hay espacio para vibraciones .
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